Antes de cerrar el ciclo del paso del Sol por Capricornio,  revisemos uno de los grandes temas que este arquetipo zodiacal aborda.

Como hemos mencionado en columnas anteriores, nos ubicamos frente al cuarto eje zodiacal: Cáncer/Capricornio. Cáncer desde su emocionalidad profunda, busca establecer vínculos afectivos que le permitan crecer con seguridad. Capricornio, por su parte, describe el impulso para avanzar a partir del encuentro consigo mismo y su soledad. Dos extremos muy distintos que conviven y acompañan nuestro desarrollo.

Cáncer nos muestra la importancia de pertenecer a un grupo familiar donde establecemos lazos de cariño, apoyo y cercanía. En nuestra niñez, y de manera totalmente inconsciente, construimos un espacio, un lugar único dentro de la familia de la cual provenimos. Cabe destacar además, que ese lugar está acompañado de un argumento o un guión que de manera invisible determina gran parte de nuestra vida.

Ahora bien, este lugar definió un espacio tanto físico como psicológico en la dinámica familiar de la infancia. La tarea de Capricornio en polaridad es proyectar ese espacio más allá, convirtiéndonos en seres capaces de salir del cobijo y seguridad familiar para construir un lugar en el mundo que nos rodea. Así como establecemos lazos, generamos intercambios afectivos y desarrollamos familias -Cáncer-. También nos vinculamos con otros, construimos sociedad y encontramos en lo social y/o laboral un lugar que nos define e identifica -Capricornio.

Date un momento para reflexionar y descubre la estrecha correlación entre tu lugar familiar y social. Pregúntate cómo vives uno y otro espacio en tu vida. Identifica las pautas inconscientes presentes en tu comportamiento y libérate de lo que te pesa. Acepta la invitación de Capricornio a sostenerte en tus propios pies y ahora más que nunca comprende que tu lugar está tanto dentro como fuera de ti…tu lugar y tu hogar. 

Marilú Silva Montes

Psicoastrología