Ha llegado el día de dejar atrás el fuego para ingresar al elemento tierra, acompañado por la entrada del Sol a Tauro.

Les invito a sumergirnos en la energía de este particular momento donde ambas esencias zodiacales se encuentran y a la vez se transforman: Aries y Tauro.

Busca un lugar de silencio, visualiza tu vida, tus anhelos y tus capacidades. Respira profundo y déjate llevar por las siguientes palabras:

«Que cada proyecto, cada emoción, cada intención y cada voluntad de cambio en mi interior, se transforme en una semilla y una fuente.

Que mi cuerpo y mi psique se conviertan en tierra fértil y fructífera de modo de recibir esas semillas y generar las condiciones necesarias para su crecimiento y despliegue. Soy fuerza y naturaleza. Mi vida es la manifestación misma del más bello proceso de germinación.

Soy potencia y serenidad, por mis venas fluye sangre viva y mi interior avanza sin premura ni descanso, esperando la llegada de un día…un luminoso día, cumplir mi destino y florecer».

Texto inspirado en el paso de la intensidad del Sol en Aries -la primera semilla- a la calma, sensualidad y belleza de la constelación de Tauro.

Marilú Silva Montes
Psicoastrología