Mientras el Sol realiza la parte final de su recorrido por Escorpio, les invito a abordar una de las temáticas centrales de este arquetipo zodiacal: las crisis.

El concepto de crisis alude a un momento difícil en el cual es imposible continuar operando de la misma manera ya que aparece frente a nosotros un cambio imposible de frenar. Se activa el sentimiento de peligro e incertidumbre que dialoga en nuestro interior con la certeza de estar viviendo lo que toca vivir. Algo termina y algo se inicia pero el tránsito entre un estado y otro puede implicar inquietud y muchas veces, angustia.

Como fue mencionado en la columna anterior, el segundo eje zodiacal compuesto justamente por Tauro y Escorpio está asociado a la seguridad, por lo que es posible inferir que mientras más apegados o habituados estamos a una situación, más nos costará dejarla atrás.

Es muy probable que los procesos de cambio que impliquen soltar estructuras que nos han acompañado largo tiempo generen duda y temor. Nuestra comprensión es limitada especialmente cuando nace desde el miedo y no sabemos hacia dónde se dirige el cambio y la transformación de la cual somos parte. Este es el territorio tanto dentro de la psique como dentro del Mapa Natal donde ocurrirán los procesos de crisis más profundos.

Tauro, guardián de la naturaleza, conoce de ciclos y de tiempos y su impulso es generar las condiciones necesarias para que ocurra el proceso de germinación y posteriormente de desarrollo de la cualidad que llevamos dentro. Escorpio toma este proceso en sus manos y ofrece al desarrollo una dimensión mayor donde el crecimiento deriva en transformación.

Date un momento para reflexionar y conviértete en crisálida y en mariposa. Conéctate con tu poder interior, cumple con la ley de la vida, muere y renace. Sé capaz de soltar, de abandonar el control y de desprenderte de pensamientos y emociones que detienen tu camino. ¡Entrégate! Abre tu corazón y deja que tu alma guíe el proceso de transformación. No hay nada que temer, confía, una fuente de luz te cuida desde el cielo.

Marilú Silva Montes